viernes, 13 de noviembre de 2009

Diccionario

El idioma es algo muy relativo, y el riquísimo castellano a veces va más allá de la Real Academia. Veamos algunos términos cuando han pasado por el filtro del CIEMPIES-ESPAÑOL, ESPAÑOL-CIEMPIES...

- Basura: residuo sólido (urbano en su mayor parte) que, en forma de Isla Verde, salva la semana a más de uno que debe horas de trabajo.

- Lluvia: peor pesadilla que te trastoca la agenda por completo y te hace llegar tarde al trabajo en el mejor de los casos (en el peor te deja sin él).

- Gasolina: segunda peor pesadilla, que siempre escasea cuando más prisa tienes y más lejos debes ir con tu coche.

- Coordinador: persona que necesita más gasolina todavía que el resto de los mortales, con alguna excepción que se las apaña para teletransportarse sin coche...

- Actividad: tontá profesional que se realiza en su mayor parte para que los niños sean un poco más felices y/o aprendan algo.

- Fiestón: cumpleaños algún viernes tarde o sábado mañanero, porque con los horarios que nos gastamos, poca cuerda nos queda :(.

- Mañana: cómo aprovechar el tiempo y sacar más horas del día (todo tiene su parte positiva).

- Reunión: ¡bocata de chorizo!

- Manualidad: hacer de la imaginación una forma de vida.

- Diversidad: compañeros de trabajo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Frases de niños (I)

Si este trabajo tiene un tesoro incalculable es el de vagabundear por el mundo infantil con los oídos bien atentos. Me parece un desperdicio que CIEMPIÉS no recopile alguna de las lindezas que oye a diario en boca de los más exquisitos sabios y profetas, los niños, cuanto más pequeños, mejor.

Hace algún tiempo que las voy anotando cuando me dejan estupefacto y os regalo una primera (prometo que no será última) entrega. Os animo más que nunca a participar (eco eeeecooooo), porque este tema merece mucho la pena.

* "Profe, mañana es mi cumpleaños: cumplo tres años y medio"

Alejandro, 3 años y medio recién estrenados.

* "...porque se va a la atmósfera, y luego llueve y nos cae otra vez, estropeando el medio ambiente. ¿Tú sabes lo que es el medio ambiente?" (pregunta de una niña al monitor de educación medioambiental en una sesión de Isla Verde)

Sara, 9 años.

* "Profe, esta señora vieja me está asustando" (ante la sonriente cara de la directora de su colegio, que acababa de entrar, y a la que el nene llamaba vieja; tierra, trágame)

Iván, 3 años.

* "Profe, te he pedido un caracol y me has dibujado una caracola, porque no tiene pito" (sin comentarios)

El gran Bernar, 4 años y alegría de mis matinales.

* "Mira, seño, cómo entran las hormigas en la clase, van a aprender mucho"

Otra vez Bernar, el curso pasado con 3 añitos.

lunes, 26 de octubre de 2009

... y lo que me queda

Cuando entré en este mundo todoterreno “de profesión: tontás”, el “Emperador” me hizo ver que iba a desempeñar un trabajo muy humano, nada mecánico, y donde la empatía iba a ser mi principal herramienta de trabajo. A veces me siento, en el mejor de los aspectos, un poco payaso, en el sentido de que los receptores de aquello que hago no esperan de mí otra cosa que alegría y paciencia, y ya puede ponerse el sol por Antequera o tú estar hecho polvo por dentro o por fuera, ellos deben verte como la fuente de su entretenimiento en el rato que estéis juntos.

También aprendí con el tiempo que esta empresa comparte sus emociones y se nutre a veces de ellas (recuerdo como principal ejemplo de este año que se acaba la sentida muerte de Luis, querido vecino del cortijo, para los más nuevos).

Con todo esto quiero dirigirme a los que habéis entrado este curso. Puede ocurriros que os encontréis un día agotados, o enfadados, o simplemente que os levantéis con el pie cambiado; puede pasar que un trabajo no se os reconozca o parezca mal, cuando os ha costado mucho esfuerzo y cariño sacarlo adelante, y la cerril injusticia os hará sentir frustrados, incomprendidos, ofendidos o incluso agobiados. Por interiorismos varios no atravieso mi mejor momento personal, y unido a un comienzo de curso que está resultando complicado hace que no goce siempre de toda la alegría que habitualmente me ha acompañado; pero cuando ello ocurre, viene “Manolito” y me dice que le ate los cordones con una cara de bebé que no puede evitar, y “Luisita” enterneciéndome con lo último que le ha dibujado a su papá, y los ves taaaaan frágiles y necesitados de esa despreocupación que con los años desaparece para no volver, que no puedes hacer otra cosa que sonreírles y hacerles el payaso otra vez para que echen unas risas. Tanto rollo viene a querer decir que os deseo mucho ánimo, que os repongáis a los tropiezos y que aprendáis de lo bueno de aquellos que llevan tiempo en esto, de la misma forma que vosotros nos transmitís entusiasmo.

A mí me lo transmitieron un amigo al que nunca se le va la cabeza con la música a otra parte y siempre lo hace bien, otra que es pura energía y se pasa la vida en la carretera con su cochecillo, otra más que tiene coraza de piel de cactus pero es puro bizcocho, la chica más dulce que he visto a la hora de tratar a un niño (con una cara oculta de peligroso camionero), la cómplicidad con forma de monitora, otra que es puro esfuerzo, otra más que (aunque parezca mentira) trabaja más que habla, aquella que parece que no está y siempre cumple, y algunos que se marcharon. Todo eso he aprendido… y lo que me queda.

sábado, 13 de junio de 2009

Organización

Mis quehaceres académicos me hicieron topar el otro día con este fragmento del libro Gestión del Talento (Madrid: Pearson Educación, 200l), y se me ha ocurrido reproducirlo aquí como homenaje a los compañeros y compañeras con los que he compartido el curso académico-laboral. Ha sido un placer trabajar con vosotros.

"Miguel de Cervantes, Leonardo da Vinci o Louis Pasteur tenían talento. ¡Qué duda cabe! Pero cuando hemos hablado del talento que requieren las empresas para innovar y poder adelantarse al mercado, no estábamos pensando en ese tipo de talento genial. Nos estábamos refiriendo a otra clase, al que caracterizó por ejemplo a Pelé, a Simón Bolivar o a Von Karajan y que contribuyó a que alcanzaran resultados superiores (extraordinarios, más bien) un equipo de fútbol, un ejército o una orquesta; en definitiva, una organización. Mientras que Leonardo da Vinci pintó a la Gioconda, Pelé no ganó en solitario el Mundial de fútbol. Lo hizo con un equipo. Sin el resto de sus compañeros, no tan conocidos como él, no hubiera sido posible tal victoria. Si Pelé hubiera jugado en un conjunto de tercera división, segura que también habría destacado, pero sus actuaciones y sus resultados no hubieran sido tan brillantes. Eso es lo que define a los profesionales y a las organizaciones con talento. Los primeros alcanzan resultados o colaboran a su consecución; las organizaciones facilitan que el talento de las personas que las constituyen se libere, aporten el máximo valor posible y colaboren a generar talento organizativo.
En definitiva, aunque el diccionario de la lengua defina al talento como una capacidad individual, más vinculada a la inteligencia, nos vamos a referir a aquél que necesita de una organización para desarrollarse plenamente y que va más allá de la inteligencia lógico-matemática. Los profesionales con talento no son sólo los extraordinarios, como lo era Pelé; sino todos aquellos que contribuyeron a que Brasil ganara los Mundiales de fútbol.
De esta manera, definimos al profesional con talento como un profesional comprometido que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en un entorno y organización determinados. En otras palabras, es la materia prima que constituye el talento organizativo."

sábado, 23 de mayo de 2009

De papel

El origami es el arte japonés que tiene por finalidad elaborar figuras de formas variadas, plegando un papel. En este arte no se utiliza ningún otro tipo de material, solo manos y papel. En España esta tendencia artística es conocida como papiroflexia.

El origami alcanza fines pedagógicos, pues tiende a beneficiar el desarrollo intelectual, la creatividad, hace énfasis en la coordinación de las manos, influye en la autoestima positiva, fortalece la concentración; y es en la precisión o exactitud donde se deja ver las destrezas aplicadas para la elaboración de cada modelo producido por el pensamiento y la imaginación. Además, es indiscutiblemente divertido, y por todo ello debe tomarse muy en serio como medida lúdica, terapéutica y educativa.
Es un evidente recurso en nuestro campo y capaz de calmar a grandes turbas de niños desmadrados; y digo niños por inercia, ya que es perfecto, según la dificultad de las figuras, para cualquier edad.
Espero haber acercado esta interesante afición un poco más a todo aquél extraterrestre que la desconocía o minusvaloraba. He dicho.


jueves, 21 de mayo de 2009

“LOS CUENTOS, UNA BELLA HERRAMIENTA PARA EDUCAR EN VALORES”.

Después de tener hace poco tiempo la oportunidad de participar en un Taller de Cuentos para educar en valores, comprendí la importancia y eficacia que puede llegar a tener, el recurrir a los cuentos para hacernos reflexionar y aprender.

Esta técnica educativa y popular ha estado y está presente en todas las épocas y culturas.

Una cuestión importante sería ¿Los cuentos son sólo para niños/as? Sería un error pensar que sí.
Este género literario es un atrayente y eficaz manera de sensibilizar, despertar la creatividad, transmitir ideas, mensajes y valores… de forma atractiva y hasta lúdica.

A través de los mensajes de las historias, se puede educar en valores. (Ejemplo: autoestima, humildad, ingenio, libertad, ecología, trabajo en equipo, solidaridad…, e incluso habilidades sociales y comunicativas: la empatía, la escucha activa…)

El cuento podría describirse pues, como un “ropaje de la realidad”.Para educar a través de esta técnica, os recomiendo:

Tener en cuenta los intereses, necesidades y posibilidades del grupo.
Elegir los cuentos que más se adecuen a nuestros objetivos.
El educador o la educadora, después de la narración, puede proponer el hacer ejercicios: proponer preguntas, abrir un debate, contar experiencias, hacer alguna dinámica…

“Si ayudamos a revivir el mundo de los cuentos en los diferentes ámbitos de la educación, estamos colaborando a constituir un mundo de más ternura, que quizás, es una de las mayores lagunas de nuestra sociedad.” Alfonso Francia y Gema Sánchez.


Y recordad:

“LOS CUENTOS SON REGALOS QUE PERDURAN TODA LA VIDA”

miércoles, 20 de mayo de 2009

Cara de idiota

Esto me ocurrió hace algún tiempo en una sesión de moldeado creativo. Andurreaba de asiento en asiento a ver qué me estaban haciendo los pequeños artistas con la plastilina y me topo con la obra de Alberto, un niño de sólo cuatro años. En vez de realizar una figura en tres dimensiones como los demás, parecía estar haciendo una especie de cuadro pegando tiritas en el tablero de la mesa; le pregunté de qué se trataba y me respondió con aspecto ofendido "es la torre de Francia". Me fijé con más detenimiento y se me quedó una considerable cara de idiota. Vaya cuatro años bien llevados. Por supuesto, tuve que hacerle una foto...



jueves, 7 de mayo de 2009

Solidaridad

Me inspiré para escribir esta pequeña historia en algo que me contó un muy anciano combatiente de la Guerra Civil, y que me hizo ver casi cara a cara que en todos lados cuecen habas y lo terriblemente destructiva que es una guerra en todos los aspectos posibles, y no sólo en el material. Los miedos y los rencores jhacen aflorar lo peor de la especie humana, igualmente capaz de lo mejor. Ahí os lo dejo...
Nadie conoce a nadie
Era un desapacible día de noviembre y los milicianos habían vuelto a tomar el pueblo. El frío se atrincheraba en pies y manos hasta adormecerlos de dolor y el cielo se tornaba aquella mañana de un gris plomizo que parecía barruntar los peores presagios a unos vecinos agotados de luchar por sus vidas en la pesadilla fratricida que los malos tiempos les obligaban a vivir.
No obstante, maldita naturaleza humana, codicias, rencores y envidias pesaban mucho más que el agotamiento de espíritu, y las reconquistas siempre han sido el escenario perfecto para ajustes de cuentas, puñaladas traperas y ventas al mejor postor; pagando justos por pecadores con el único argumento de ser delatados por alguien “fiel” a la nueva causa, vecinos y familiares se veían despojados, con suerte, de todo cuanto tenían en beneficio de aquellos que clamaban equilibrar la balanza.
Doña Rosario encajaba el pesado postigo de la ventana mientras la señora Adela cerraba con llave las puertas que separaban el zaguán del resto de su deteriorado hogar. Ambas vivían en lo que quedaba de una de las mejores casas de la región, cuyos muros resistían cada vez peor las inclemencias de una guerra despiadada (como todas ellas) que no parecía tener final. Juntas, al igual que el resto de vecinos de la calle principal, intentaban escapar del miedo y el peso de sus conciencias, como un niño que cubre con la sábana su cabeza, de lo que a pocos metros de aquellos muros estaba ocurriendo. Las campanas de la iglesia no repicaban a pesar de ser las nueve en punto, y por la calle sólo se oían los ladridos de un perro cuya inconsciencia animaba a poner banda sonora al silencio sepulcral. Pocos minutos después, los habitantes más osados o ansiosos de revancha pudieron vislumbrar a través de rendijas en los muros de su vergüenza cómo pasaban con destino poco definido y siniestras intenciones a un grupo de combatientes ajados por las circunstancias -muchachos de apenas quince años en su gran mayoría- y provistos de navajas, garrotes y pocas armas de fuego que dirigían a empujones la comitiva encabezada por don Marcial, párroco del pueblo. Atadas las manos y tiznado su huesudo rostro, el cura buscaba desesperado con sus ojos llorosos algo (o más bien alguien) a lo que asirse. Era el momento de rezar, de poner su vida en paz antes de despedirse de ella, pero todo cuanto le salía era observar horrorizado las puertas y ventanas cerradas de los que el día anterior asistieron a misa de nueve, balbuciendo con aire ausente una y otra vez “¿no me conoce nadie?, ¿pero es que nadie me conoce?”

viernes, 24 de abril de 2009

Una mañana cualquiera

Quiero que venga mamá,
seño, me estoy orinando,
siempre se enfada conmigo,
profe, que ha sido Fernando.

Hoy no me bebo la leche
porque estoy muy cabreado;
iba corriendo, caí
y me han pisado la mano.

¿Quién me presta el color rojo?,
se lo cambio por un tazo;
voy a llevarme el dibujo
pero no puedo acabarlo.

Hazme un avión de papel
porque es mi cumpleaños,
hoy he cumplido los seis,
no me lleves de la mano.

¿Qué le pasa a Manolita
para que venga llorando?
Estaba allí tan tranquila
y le ha pegado Gustavo.

¿Puedo salir el primero?
¿Puedo ser el encargado?
He recogido las cosas,
lo dejé todo ordenado.

Cuando den las vacaciones
no despertaré temprano,
se va acercando el momento,
con lo que llevo esperando...

Pero extrañaré al amigo
que me riñe si soy malo,
que toma en serio mi mundo,
que me escucha cuando hablo.

sábado, 18 de abril de 2009

Maleteros

Cuando firmamos un contrato con Ciempiés, debo avisar al personal de que existe una cláusula elíptica que dice que “renuncias por completo al usufructo del portamaletas de tu propio vehículo”. La vida siempre en el camino que laboralmente llevamos hace que nuestro maletero (sea del tamaño que sea) se encuentre siempre atestado de cachivaches, juguetes y material de papelería, entre otras muchas cosas: gajes del oficio.

Incluso dicen las malas lenguas que una vez paró la Guardia Civil al “Emperador”, en aquel coche blanco (destartalado por la edad y el uso) que tenía antes de su nueva y flamante Kangoo y al ver cómo llevaba el coche de lleno de material inverosímil variado le preguntaron si era cartonero.
Y no es lo peor que puede ocurrirnos. Imaginaos la situación: la ilustre benemérita nos detiene por hablar por cualquier motivo y nos pide que abramos el maletero; al ver ese antiestético cubo lleno de materia sospechosa no se resisten a preguntar de qué se trata. A ello no nos que más remedio que responder “sí, señor agente, lo que hay en el cubo es caca de la vaca. Pero no una caca cualquiera, sino nada más y nada menos que el hogar de un montón de Lombrices Rojas de California: toma ya”. De ahí al manicomio o la perrera, según se lo tomen…

miércoles, 15 de abril de 2009

de regalo uin poco de arte que podeis en contrar en este enlace donde aparecen grandes creaciones a partir de material de deshecho. disfrutadlo poruq merece la pena.


http://19bis.com/objectbis/about/

aqui os dejo una foto del nuevo taller que pusimos en practica el pasado martes 14 de abril utilizando entre otros materiales cd's, vasos de plastico e imanes. Quedó bastante chulo!!!

jueves, 9 de abril de 2009

Buena suerte, compañero

La mayoría sabéis que suelo andar con la tontería de que soy africano. Sabréis igualmente entonces que por aquellos lares el tema de la inmigración ilegal es un espinoso asunto que sensibiliza especialmente a la población por todo aquello que está acostumbrada a ver en primera persona. Escribí el artículo que pongo a continuación hace ya algún tiempo, fue publicado por el diario “El faro de Ceuta” y ahora me gustaría compartirlo con vosotros, que estáis tan acostumbrados a tratar con la diversidad; porque no siempre sabemos lo que cuesta llegar a la Tierra Prometida y quedarse. Un saludo para tod@s.



Buena suerte, compañero (tomado de El faro de Ceuta)

El otro día tuve la oportunidad de ver con sumo interés en la televisión pública andaluza un reportaje sobre inmigración, por desgracia muy de actualidad, tras otra nueva avalancha de pateras en las costas españolas. En él se entrevistaba a unos cuantos inmigrantes africanos llegados a distintas playas de Ceuta a nado, en pleno diciembre, arriesgándose a ahogar sus vidas víctimas de la extenuación o la hipotermia.
También contaban en la entrevista cómo las autoridades no les quisieron ayudar a alcanzar el sueño europeo. Se limitaron, decían, a darnos comida, techo y abrigo, pero no nos dejaron salir del recinto donde nos encontrábamos, hacinados, pero muy esperanzados ante la puerta de Europa y una vida digna. La policía llevó a un grupo de elegidos de los cientos que se encontraban en el centro de estancia temporal, al fin, camino al barco que los conduciría a la Península. Les habían contado que su situación seguía sin estar regulada, y sencillamente iban a otro centro de estancia para evitar la masificación en Ceuta, pero nada importaba: estaban mucho más cerca del objetivo, estaban siendo trasladados a Murcia y a su libertad…
Sin embargo, esto no es una película, y la historia no tiene final feliz. La cruel policía española, tras dos meses esperando y sin poder salir tampoco de este nuevo centro para inmigrantes, los metieron a todos en un autobús, camino al aeropuerto donde tomarían un avión que los devolvería a su país de origen, al infierno de realidad del que huyeron buscando una vida mejor en algunos casos, y en otros sencillamente una vida. Es desgarrador ver las imágenes siguientes en las que hombres hechos y derechos, enormes como armarios roperos de ébano, lloran desconsoladamente pataleando y pidiendo por favor que les permitan quedarse, aunque sea sin papeles y sin salir de la estancia donde han estado viviendo. Esta tragedia moderna es preocupante, lamentable y ferozmente injusta. Como injusto resulta tildar de desalmados a los que tienen que realizar el proceso de extradición y vivir el drama desde cerca. Es indignante presenciar con impotencia cómo una televisión que pagan los españoles sesga una noticia, buscando el morbo, o simplemente por culpa de la inoperancia y la falta de información. Por supuesto, no pude ver en el reportaje ninguna figura de las atacadas dando su opinión sobre el asunto.
Me enorgullezco de haber sido criado por una de esas autoridades sin piedad; una persona de profundos valores morales y humanos de los que ojalá hubiera yo aprendido una pequeña parte, una persona que he visto no poder dormir pensando en los problemas ajenos que ha vivido ese día, y que dos de cada tres saludos que recibe por la calle son de un inmigrante agradecido al que se nota la sincera sonrisa de alegría al ver a alguien que le ayudó cuando lo necesitaba. Una persona que en ocasiones, muy a su pesar, y cumpliendo con la ley y con su obligación, ha tenido que enviar a estas pobres criaturas camino a sus países. Y seguramente ninguno de los periodistas que plasmaron la desgracia de estos pobres hombres tiene puñetera idea de las cicatrices en el alma que también deja a muchos que tienen el desagradable trabajo de vivir la injusticia del mundo y la miseria ajena.
Bien podrían hacer en denunciar a las personas que aconsejan romper sus papeles a los inmigrantes para no volver a su patria, sin mencionar que eso no les permite el asilo en España, sino el limbo, o en criticar a aquellos que no pueden llamarse seres humanos y se ganan la vida mandando a la gente, previo cobrarles todo lo que tienen, en cáscaras de nuez a la muerte o la desesperación. Inhumanos son aquellos que viven de la ilusión ajena sabiendo que no están vendiendo más que caro humo; aquellos que se alimentan de las penurias de los demás.
Si de verdad vivimos en un país desarrollado, tenemos que pedir a nuestros dirigentes que dejen de hacerse fotos en el lugar de la desgracia, y hagan algo por evitarla. Pero es más fácil y hace menos ruido llamar desalmado al que tiene que llevar a cabo el resultado de la desidia del resto de la sociedad.
Estés donde estés, toda la suerte del mundo, compañero. Te deseo que alcances la vida que te mereces y que nunca nadie vuelva a utilizarte para rellenar minutos interesados de un programita, previo darte una palmada de despedida cuando te introduzcan en un avión.

martes, 7 de abril de 2009


gracias a todos por el apoyo al concierto de tremenda cleo. fue un exito!!!! y gracias en especial a las asistentes con mas patas. muchas gracias de verdad raquel j, raquel r y elena r. fue un detallazo

en breve espero poder ofreceros alguna imagen del evento, entre tanto aqui teneis otra obra de arte:

sábado, 4 de abril de 2009

Violinista en el metro

¿La ceguera es sólo una discapacidad física? Una de las cosas que más me molesta en este insolidario mundo es cuando me cruzo con un vecino y me quedo con el "buenos días" en la boca y cara de idiota ante la indiferencia del saludado. Me topé el otro día con esta ilustrativa historia real que hace reflexionar sobre la indiferencia humana y algún que otro valor más de esos que pretendemos transmitir a "nuestros niños y niñas". Un saludo para todos.



(Tomado de El Club de la Efectividad. The Washington Post).

Un hombre se sentó en una estación del metro en Washington y comenzó a tocar el violín, en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música. Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha.Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿qué otras cosas nos estaremos perdiendo?

jueves, 2 de abril de 2009


Mañana dia 3 de abril gran concierto, alli espero veros a todos. un a brazo patillas!!!
Aqui os dejo alguna de las creaciones de sonia para el mundo de Cleo, en breve habra mas noticias.

miércoles, 1 de abril de 2009

El arma definitiva

Una de las lecciones que he aprendido y grabado mentalmente en mi andadura por "territorio infantil" es el peligro que puede llegar a tener un niño pequeño armado con un papel en blanco, lápices y esa naturalidad (bendita naturalidad) sin complejos que destilan. Puede parecer exagerada la imagen (real) que os envío adjunta en el post, pero creedme que he visto cosas parecidas...





*Nota: Si no se puede leer bien la carta de la imagen, pulsad en ella para ampliarla, porque no tiene desperdicio.

sábado, 28 de marzo de 2009

Nombres

Siempre he tenido la a veces dudosa capacidad para no pasar de puntillas por los sitios, y ello me ha proporcionado una amplia gama de calificativos por parte de los demás, tanto buenos como menos buenos. A nivel laboral es algo parecido: trabajar fundamentalmente con niños hace que haya respondido a una variedad de nombres entre los que están el de profe (el más habitual), profesor, maestro, Juan, monitor, tito, señor, señorito o incluso payo (Vero y Elena "¿quieres un poquito de romero?" Moreno sabrán bien a qué me refiero). En ocasiones, posterior chufla generalizada incluída, algún pequeño se ha confundido y me ha llamado papá, ante lo que he reaccionado con naturalidad y una sonrisa en la boca, diciéndole que “papá está en el trabajo y luego vendrá a recogerle”. Pero el otro día me ocurrió lo inesperado: en pleno ataque de ansiosa búsqueda de atención personalizada por parte de un niño de 5 años, ya que mi tiempo estaba siendo repartido entre los otros 40 compañeros y compañeras, éste tiró de mi manga y un lapsus mental le llevó a llamarme “mamá”. Ya os podéis imaginar el pitorreo del resto; quedé con cara de haba durante un buen rato. Quién me iba a decir a mí hace unos años que en mi vida alguien me iba a llamar mamá alguna vez. Si no fuera porque este trabajo te sorprende cada día, diría que ya lo he visto todo…

martes, 24 de marzo de 2009

Primer día

“Vente el lunes a conocer a todos, que tenemos reunión general”, me dijo la chica que me entrevistó el otro día mientras con naturalidad trataba de controlar, reprobadora, las embestidas de aquel perrillo loco por subírseme encima. Así, de un día para otro me veía yendo a conocer a mis nuevos compañeros e inmersa en la vida laboral. Definitivamente parece que causé buena impresión.
Reconozco que me ha costado dormir, nerviosa ante lo desconocido, y el cansancio no va a ser precisamente mi mejor compañero, pero no puedo volver atrás y me levanto bien temprano (luego descubriría que en realidad aún no tenía ni idea de lo que era madrugar) al son de mi despertador. Me doy todo el tiempo del mundo para corregir mis ojeras con maquillaje y ponerme bien guapa para tener buena imagen ante toda esa gente desconocida que temía como a cocodrilos hambrientos.
¿Tacón intermedio o tacón alto?, era mi gran dilema. Finalmente me decanté por la primera posibilidad, y estar mona sin llamar demasiado la atención, para no pasar un mal rato siendo objeto de la mirada de los demás demasiado tiempo.
Y entre disyuntivas y demás fue transcurriendo el tiempo al galope hasta el temido momento de hacer mi aparición en aquel curioso sitio para ser llamado “oficina” rodeado de vegetación. Nada más llegar (tarde, lo que agravaba mi inseguridad: maldito tráfico del demonio) me recibieron amablemente un tipo desgarbado en chándal y otro que parecía venir de alguna guerra, con ropa campestre, manos y cara visiblemente tiznados de barro, arcilla o algo así. Más tarde me contarían que aquella extraña pareja eran dos de mis jefes, aunque por su cercanía no lo parecían. No era precisamente la imagen mental que a priori tenía de ellos.
Me guiaron hasta una pequeña construcción, entre ortigas y plantaciones de tomates, dejé atrás charcos que amenazaban mi vestuario y pasé al lado de donde por olor y gruñidos parecía haber ¡un cerdo!
La gente (todos casi tan jóvenes como yo, un alivio) se arremolinaba al aire libre en torno a una mesa, como si estuvieran de picnic, zampando bocadillos de chorizo, y una chica de amplia sonrisa me dijo que podía coger algo de lo que había en la mesa para comer, que no me cortara. No quería comenzar con mal pie, así que tomé algo, sufriendo cada bocado por mi dieta.
Todo resultó ser más fácil de lo que tenía previsto, y fui muy bien tratada. Allí parecían estar en el salón de su casa y nadie me hizo sentir incómoda, aunque algunos no pudieron evitar dedicarme una sonrisa socarrona tras mirar mis tacones llenos de barro. Tengo que replantearme el tema estético, pero después de todo, puede que encaje aquí…


* Nota: esta historieta está basada en hechos reales, pero cualquier parecido de los protagonistas con personas de verdad es pura coincidencia. Ningún monitor resultó herido física o emocionalmente en la elaboración del relato.