miércoles, 26 de mayo de 2010

Calidad humana

Soy de la opinión de que no existe el trabajo perfecto, y que los altibajos son muy comunes en cualquier situación laboral; creo caracterizarme por decir lo que pienso, políticamente correcto o no, e igualmente creo que este blog es testigo de ello. Yendo eso por delante, en esta ocasión toca hacer autocrítica.

La tarea a la que nos dedicamos es fundamentalmente social y humana, para bien y para mal, y no se puede realizar de forma automática nunca (es el encanto y la dificultad de que tu enorme responsabilidad consista en hacer felices a los niños mientras les enseñas cosas de valor). Es muy común oír "no me pagan para..." como excusa para hacer lo justo y necesario para, precisamente, lo que te pagan. En su derecho está uno de no hacer un ápice más de lo que tu formación, tu sueldo y tu horario (sobre todo éste último, al que a veces nos aferramos con celo) te exigen; sin embargo, en lo que nos traemos entre manos, la generosidad laboral y el esfuerzo extra, no pensando nada más que en aquellos que toman tu rutinaria labor como uno de los eventos del año son una virtud que no se puede pagar con dinero, además de una magnífica autorrealización. Es cuestión de calidad humana, así de sencillo y así de complicado a veces. Cierto es que dicha calidad humana no te da de comer, eso lo entendemos todos, pero ello no hace que debas trabajar mirando el reloj constantemente, escatimando sonrisas o, cual aspersor programado, huyendo despavorido cuando suena la hora de retirada tras el horario remunerado, dejando pendiente lo que sea, incluyendo, por un poner, un profesor que esté conversando amablemente contigo o un crío que te esté preguntando algo interesado (con lo difícil que es ver a un niño haciendo "horas extra").

Vivimos por desgracia en la cultura del no hacer absolutamente nada gratis por nadie, y ésa, así de crudo, es la realidad que hay detrás de proyectos que no funcionan o asuntos que se quedan a medias. Sé que no va a ser el post más bonito o popular del mundo, pero así lo siento ahora mismo y así me ha salido contarlo a quien me lea. Un abrazo para todos y ánimo en el fin de curso, que ya es un empujoncillo nada más...