Pido disculpas abiertamente por haber llevado un trozo de nuestra intimidad al blog, es cierto qeu el tono jocoso puede confundir, y que más bien parece ensalzar el consumo que reprender el exceso de tales sustancias cuando en un blog de monitores que se dedican a educación debiera imperar el sentido común en cuanto a estas cuestiones se refiere... a Anabel en concreto le pido perdone mis palabras en la anterior entrada y espero que sepa entender el error. Prometo no volver a introducir entradas de esta guisa en el blog.
Espero sean aceptadas las disculpas
viernes, 31 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
Derivado del endemoniado volumen de alcohol ingerido en la última cita, el viernes pasado, con los compañeros más queridos de trabajo que he tenido nunca... permanecí en estado de shock gastroenteritico-neurotóxico-espasmódico-galopante durante todo el sabado... de hecho escribo ahora desde un olimpo que jamás hubiera soñado habitar, el de aquellos que han vuelto a la vida después de navegar por la Estigia... y justo que ahora como buen juerguista prometo no volver a beber más en la vida, todos sabemos que volveré y espero entonces qeu me acompañéis en ese tránsito... porque lo verdaderamente malo de beber me he dado cuenta qeu es dejar de hacerlo... imaginense que en pleno vigor y énfasis de mi disfrute vital, en aquellos bailes efímeros y dionisíacos, embriagado de efluvios etílicos, hube de irme a casa y ahí comenzó lo malo, la maldita habitación giratoria que alquilamos hace ya mas de tres años le da por accionarse precisamente esa noche, y claro hube de soltar líquidos como ritual básico descongestivo... a la mañana siguiente tenía el martillo pilón golpeándome la cabeza y me dió por intentar calmar sus ansias con Ibuprofeno 600 mg en una dosis efervescente de sabor anaranjado que como no era de extrañar, duró entre mis pieles lo que dura una loncha de coca en el servicio de la Copera (Vease discoteca frecuentada por jóvenes de la noche granadina), igual maniobra se obró con la manzanilla, el arroz blanco y demás... y yo solo me pregunto ¿Porque me fui de aquella fiesta?
Ya estoy recuperado... el primperan y el omeprazol pueden hacer milagros...
Espero que lo pasaraís muy bien y que repitamos, pero dejando algo de alcohol a las pobres almas qeu quieran disfrutarlo... jejejeje
Ya estoy recuperado... el primperan y el omeprazol pueden hacer milagros...
Espero que lo pasaraís muy bien y que repitamos, pero dejando algo de alcohol a las pobres almas qeu quieran disfrutarlo... jejejeje
sábado, 18 de diciembre de 2010
El derecho a soñar
Ahí os dejo un inspirador texto que he oído en boca de Eduardo Galeano.
"Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura en los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron en 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies.
En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.
Los cocineros no creeerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
El aire estárá limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.
El mundo ya no estará en guerra con los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.
Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América.
Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés:
El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo".
El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero."
"Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura en los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron en 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies.
En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.
Los cocineros no creeerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
El aire estárá limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.
El mundo ya no estará en guerra con los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.
Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América.
Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés:
El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo".
El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero."
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